Se ha demostrado que los niños que juegan son más felices, más equilibrados,más cooperativos y más populares entre sus compañeros que aquellos que juegan menos. Los niños además juegan durante más tiempo si tienen a su disposición una amplia variedad de juguetes.
Los niños no juegan para aprender, sin embargo aprenden jugando. Existe un acuerdo universal entre todos los psicologos y educadores de que jugar es aprender (Bruner, 1972; Fein, 1982).
Durante el juego, los niños desarrollan nuevas habilidades y prueban diferentes papeles.
El juego se encuentra significativamente relacionado con:
La resolución creativa de problemas
El comportamiento corporativo
El pensamiento lógico
los coeficientes de inteligencia
La capacidad de integración y liderazgo